El Misterio de la Pintura Perdida de Van Gogh


La búsqueda de arte y reliquias antiguas que se han perdido con el paso del tiempo ha fascinado a historiadores y arqueólogos durante siglos. Desde el Arca de la Alianza hasta la tumba de Cleopatra, estos tesoros legendarios han capturado la imaginación de muchos, aunque permanecerán enterrados bajo capas de arena, piedra e historia.
En agosto de 1888, Vincent van Gogh envió a su hermano Theo un conjunto de 36 pinturas que había creado durante su estancia en Arles, Francia. Como era habitual en él, el pintor mostró una actitud extremadamente crítica hacia su propio trabajo. "Entre ellas hay muchas con las que estoy desesperadamente insatisfecho", escribió en una carta, añadiendo que sólo las enviaba para darle a su hermano una "idea vagabunda" del lugar que ahora llamaba hogar.
Una de estas pinturas, "El pintor en el camino a Tarascón", es un retrato fascinante y revelador del artista postimpresionista, pintado por él mismo en 1888 durante su prolífico período en Arles. Este autorretrato al óleo sobre lienzo de 18 por 17 pulgadas muestra a Van Gogh caminando por una calle iluminada por el sol con materiales de arte en la mano. La obra fue adquirida por el Museo Kaiser Friedrich en Magdeburgo, Alemania, en 1919.

El pintor en el camino a Tarascón Vincent van Gogh 1888
En esta pintura, Van Gogh se muestra a sí mismo de camino a la ciudad de Tarascón, en la Provenza, con su caballete, paleta y sombrero de paja. Su expresión y postura revelan un profundo compromiso con su oficio. Los colores vivos y las pinceladas audaces son característicos de su estilo de esta época, reflejando la influencia del entorno luminoso y colorido del sur de Francia en su paleta.
La representación de sí mismo como pintor en tránsito es simbólica. Ilustra su papel como observador activo de la vida y el paisaje que lo rodea, una parte integral de su filosofía artística. El hecho de que se retrate caminando hacia su destino sugiere su incesante búsqueda de inspiración y nuevas experiencias visuales. Más allá de su valor artístico, esta obra representa un testimonio de la identidad que Van Gogh se forjó a sí mismo. No era solo un pintor, sino un viajero incansable en búsqueda de la belleza en el mundo que lo roda. La obra quedó inmortalizada en una fotografía en color tomada en la década de 1930, una decisión providencial del personal del museo, ya que la pintura probablemente no sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. A pesar de haber escapado de la iconoclasia nazi contra el arte moderno, considerado "degenerado" por el régimen, "El pintor en el camino a Tarascón" fue sacado del almacén del museo y trasladado a una mina de sal cercana para protegerlo de los bombardeos. británicos. En esa mina también había una fábrica de motores a reacción BMW de la Luftwaffe, que se incrementó cuando las tropas estadounidenses entraron el 12 de abril de 1945.
La causa del incendio, que ardió durante dos semanas y redujo a cenizas el interior de la mina, sigue siendo incierta. El alcalde Michael C. Ross, del programa de Monumentos, Bellas Artes y Archivos, conocido como Monuments Men, indicó que el fuego pudo haber sido iniciado "por personas desplazadas que entraron a la cueva para saquear" o "por negligencia de los guardias estadounidenses". ", aunque no había pruebas suficientes para llegar a una conclusión definitiva. La Fundación Monumentos Hombres y Mujeres ha ofrecido una recompensa de hasta 25.000 dólares por información sobre la pintura.

Puente del ferrocarril sobre la avenida Montmajour Vincent van Gogh 1888
Se ha especulado que las "personas desplazadas" mencionadas podrían haber sido los trabajadores cautivos de la fábrica, aunque también es posible que el saqueo haya sido obra de los propios nazis. Otros posibles culpables incluyen ciudadanos locales e incluso personal militar estadounidense.
Sorprendentemente, "El pintor en el camino a Tarascón" es una de las seis pinturas de Van Gogh que se cree que se perdieron o fueron destruidas, lo cual es notable considerando la productividad del artista. Sin embargo, algunos creen que la obra aún podría encontrarse en algún lugar. Este fue el caso de "Wider Hans Worst", un folleto del teólogo alemán Martín Lutero que también había estado almacenado en la mina y fue devuelto milagrosamente a Magdeb.
"El pintor en el camino a Tarascón" ocupa un lugar significativo en la obra de Van Gogh, siendo el único autorretrato que muestra al pintor de cuerpo entero en lugar de sólo la cabeza y el torso. Aunque la pintura nunca se recupera, la existencia de esa fotografía es un testimonio invaluable de su legado, permitiéndonos apreciar la destreza de Van Gogh y su audaz aproximación al autorretrato. En este sentido, "El pintor en el camino a Tarascón" no sólo es un autorretrato, sino también un homenaje a la dedicación y el espíritu inquebrantable de Van Gogh.